Dra. Fabiola Huerta Sánchez
El día de hoy me enfrente a la penosa situación de estar
ante un personal de la salud que recomendaba suspender la lactancia materna a
mi bebe por situaciones de “salud”. Solo fui a que le aplicarán flúor y a su
revisión de rutina; el dentista me argumentaba que la lactancia materna
prolongada aumenta la incidencia de caries y que destroza la estructura del
paladar… y de pronto me vi envuelta en una serie de argumentos en defensa de la
lactancia materna prolongada y no pude evitar sentirme molesta, indignada y
señalada ante esa discusión. ¡¡¡Ya que lo primero (caries) no es verdad!!! ¡¡¡Y
lo argumento con evidencia científica!!!! Sin embargo concedo el beneficio de
la duda ante la supuesta deformación del paladar, ya que el único argumento que
se me brindó, fue un congreso del cual no veo referencias y por esa razón,
pongo en duda su validez.
Yo me pregunto ¿En que se basan para hacer tales
afirmaciones? ¿En que me baso yo para sentirme indignada ante tal
recomendación? ¿Qué es mejor, vivir con este supuesto paladar imperfecto o
vivir con obesidad, diabetes mellitus, hipertensión arterial, rinitis alérgica, cinco puntos menos de IQ, o lo que sea que me da extra la lactancia materna? ¿Por
qué en estos tiempos la lactancia materna prolongada se ha convertido más un
acto revolucionario que un acto natural? ¿Quién se cree un dentista, médico,
enfermera, psicólogo, etc. para, sin argumentos científicos reales oponerse a
este tipo de prácticas? ¿Por qué nos dejamos nosotras como mamás?
Como mamá, como profesionista, como defensora de la
lactancia materna y miembro de una organización nacionalmente reconocida por su
apoyo a la lactancia materna hago un llamado a los profesionales de la salud
para que nos informemos como es debido antes de atrevernos a hablar sin argumentos
e indicar erróneamente suspender una práctica que debería ser conocida y
defendida por los beneficios que ofrece a los individuos y a nuestra sociedad.
Imagen tomada de Pilar Martínez, http://www.maternidadcontinuum.com